Sin palabras [b]

Me preguntan los muchachos qué me pasa que ando triste
y adivinan que mi vida se emborracha en el dolor.
Solamente con mirarlos dijo todo, sin palabres,
como un ruego de silencio por mi mal de corazón.
Hoy la quiero, más que nunca, pero no, no nuede ser
nuestros rumbos se han abierto como pétalos en flor.
Ya no busco más sus huellas en el surco del camino
y está escrito que no es mío lo que mas quise querer.

Si el delirio de riquezas
fue clavando su lujuria,
no la culpo por su furia
de enjoyar su revivir.
Y en la cárcel del olvido
donde yace el condenado
yo espero ser liberado
para poder perdonar.

Y el final será de gracia como el cuento para niños
que nos habla de quimeras para su felicidad.
Son mil ansias de cariños, un pasado y un presente
que la vida nos regala para bien o para mal.
La tortura que me muerde con sus dientes de amargura
va dejando cicatrices imposibles de curar.
Y al tratar de recordar esos momentos tan sublimes,
siento un nudo en la garganta y muchas ganas de llorar.